Woody Pop

Atónitos ante una nueva forma de diversión, las imágenes se sucedían entre marcianitos de otros mundos, personajes estrafalarios con tareas incomprensibles, carreras de motos y una pelotita rebotando de un lado a otro en una pantalla llena de "ladrillos". Este último juego era Arkanoid, éxito arrollador de Taito bajo una premisa tan estimulante y sencilla, que hasta los neófitos como nosotros* quedábamos prendados.

(*) Para dar contexto, acababa de establacerme con mis padres en la que sería mi ciudad durante casi cuarenta años y, de repente, unos familiares nos muestran un artefacto de poder inimaginable conectado a la TV. Se llamaba MSX y fue mi primer contacto con los videojuegos...

Aunque la gloria se la llevó Taito, primero en los salones recreativos y después en los hogares, quizá no sepas esto: entre la multitud de clones inspirados en su mismo planteamiento, el propio Arkanoid también era un clon (ampliamente mejorado, eso es indudable) del Breakout de Atari. Y como ya podrás imaginar a estas alturas, Woody Pop es uno más en la lista de inspirados por Breakout y Arkanoid, popularmente conocidos en aquella época como juegos de romper ladrillos con una pala y una pelota.

Woody Pop se convirtió en uno de mis títulos más queridos de Game Gear, pero un solo alquiler no fue suficiente para terminarlo. No es tarea fácil y, a menos que encuentre una ruta más llevadera (como en Arkanoid 2, al completar un nivel nos ofrecen varias salidas, ¿quién copió a quién?), tengo la sensación de que ahora tampoco lo voy a lograr. La dificultad de la partida varía constantemente según los items que recojamos, hay que aprender a distinguir aquellos que sean de verdadera utilidad, como el que reduce la velocidad de la pelota o el que amplía el tamaño de la pala, y discriminar los que nos perjudican, claro.

Pero la peor parte para mí siguen siendo las cajas de juguetes. Se trata de unos bloques que al ser golpeados, y lo vas a hacer una y otra vez porque es inevitable, dejan salir un puñado de soldaditos. Con ellos en pantalla moviéndose libremente a escasos milímetros de tu pala, la cantidad de carambolas imprevisibles sin tiempo para reaccionar, acabarán poniendo a prueba tu paciencia y contador de vidas. El juego sigue siendo buenísimo, tanto como cuando lo probé por primera vez, pero reconozco que no se me da muy bien. Aún así, merece la pena que lo intentes, tal vez lo hagas mejor que yo.

Como curiosidad que he leído en SEGA Retro, Woody Pop se lanzó también en 1987 para la Mark III (Master System japonesa), versión de sobremesa exclusiva de aquella región que requiere el uso del mando rotatorio, el Paddle Control.

Imágenes de Gamefaqs.

Truquitos y consejos

La ruta más fácil. Parece que los niveles más sencillos están a izquierda y derecha, los más complicados por la salida norte. Por una cuestión de pura lógica, intenta seguir la misma ruta para poder aprenderte los niveles. Hay un total de 50, son muchísimos, si vas saltando de un lado a otro será más difícil avanzar, no te los sabrás.

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