Batman Returns

No sé explicar lo que sentí cuando mi Game Gear se iluminó por primera vez, un juguete completamente autónomo con juegos de SEGA, ¡absolutamente increíble! Estrené mi consola volviendo del Continente de Montigalá (muy cerquita de Barcelona), no sin pelearme antes colocando las pilas en el asiento de atrás. En aquel mismo instante en el que logré encenderla con Batman Returns en su interior, mi relación con los videojuegos pasó a otro nivel. Iban a ser más que un pasatiempo, mi devoción.

Las televisiones portátiles me tenían maravillado de niño, sólo existían en mi mundo a través de los escaparates, y si sabía que hitos como la Lynx de Atari eran realmente posibles, se debe a que los vecinos de mi primo Moisés eran dueños de una. Lastimosamente, solían estar sin pilas durante mis visitas, así que rara vez la vi funcionar...

fue un paso más allá. Y es que el vínculo de un niño con su portátil, seguro que estaréis de acuerdo conmigo, es tan mágico como inquebrantable.

 Batman Returns representa el inicio de mis aventuras portátiles con Game Gear.

Basado alegremente en la película del mismo nombre,

¿Decepcionado? Ni mucho menos, fue el inicio de un viaje maravilloso. Benditas sean las consolas portátiles con las que recorrimos tantos mundos lejanos.

Las televisiones portátiles me tenían maravillado, sólo existían en mi mundo a través de los escaparates, y si sabía que hitos como la Lynx de Atari eran realmente posibles, se debe a que los vecinos de mi primo Moisés eran dueños de una. Lastimosamente, solían estar sin pilas durante mis visitas, así que rara vez la vi funcionar. No sé explicar lo que sentí cuando mi Game Gear se iluminó, un juguete completamente autónomo con juegos de SEGA. Al presenciar su luz, mi relación con los videojuegos cambió para siempre: el vínculo de un niño con su portátil es inquebrantable.

En aquellos años vivía hechizado por la primera película de Batman protagonizada por Keaton y, para terminar de convencerme, Hobby Consolas le dio un 89 a Batman Returns, que es casi un 90, justo donde reside la línea de corte imaginaria y absurdamente injusta con la que miles de jovenzuelos, lectores de una prensa todavía inmadura, separábamos lo bueno de lo malo y las futuras compras de los alquileres.

Basado alegremente en la película del mismo nombre,

¿Decepcionado? Ni mucho menos, fue el inicio de un viaje maravilloso. Benditas sean las consolas portátiles con las que recorrimos tantos mundos lejanos.

(*) Las cajas de Game Gear llevaban una imagen de la consola funcionando con Super Monaco GP. Eso no quería decir que ese juego en concreto estuviera incluido, estaba bien claro que no, no era publicidad engañosa.

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